Inside Job: Y en sus manos estamos

Valme de Toledo


Pues sí, y en sus manos estamos. El documental Inside Job poco tiene que ver con el debate sobre neoliberalismo o intervencionismo. Habla de caraduras. Ahora los tenemos sentados a la derecha de Obama (la gran esperanza fallida) pero también están aquí en nuestro país, como presencias espectrales que no quieren irse, como espíritus en una casa que en vida habitaron y que, a base de golpes en las paredes y suspiros, le recuerdan al nuevo inquilino: "aquí sigo, porque todo esto sigue siendo mío".

En el trono del mundo se sienta el caradura. Tremendamente listo, falto de escrúpulos y permanentemente adorado como un dios. Si en la antigua Roma los dioses manes tenían un sitio de honor en el hogar, aquí, en el hogar, tenemos al caradura, al tipo que nos vende la hipoteca sabiendo que ganará si tú te arruinas, por ejemplo.

Se me ocurre ahora otro tipo de caradura. Es la empresa farmacéutica que, con un buen marketing, convence a los médicos de que, para que el niño aprenda matemáticas, debe tomar su pastillita. La empresa farmacéutica se forra como se forran los caraduras y crea una generación de niños adictos, de por vida, a las anfetas (que eso es lo que son las pastillitas). Así que los caraduras nos convencen de que es mejor  comprar con hipoteca que alquilar, que es mejor tomar una pastillita que estudiar. Menos esfuerzo para unos y más ingresos para otros. Total, lo que luego ocurra ya nos pillará con el dinero en el bolsillo.

Hablando de estudiar y de ese esfuerzo sobrevalorado (con lo corta que es la vida...) hay en el documental Inside Job una afirmación que resume el problema: gana infinitamente más un ingeniero financiero que uno industrial. Uno construye puentes, el otro  hace lo que sea que hace, pero se forra. Por supuesto en el mundo de la banca hay millones de personas honradas y trabajadoras, incluso en los puestos más altos, pero el hecho de que cualquiera de ellos gane mil veces más que un físico aeroespacial, o diez mil veces más  que un profesor de literatura, es bastante mosqueante. A ver qué les cuento yo a mis hijos: ¿leer? No, hijo, no pierdas el tiempo. Dime cómo puedes transformar un euro en diez en el menor tiempo posible.

El mensaje está bien claro.  Hace poco hablábamos de los eurodiputados que se negaban a viajar en turista. Pues eso. Arrodillémonos ante los  dioses que rigen el mundo, porque realmente, realmente, tienen nuestra vida en sus manos.  

http://www.valmedetoledo.com/

2 comentarios:

  1. Primero fue el paso del artesano a la máquina. Y aunque dejamos cosas en el camino, esa revolución industrial trajo cosas buenas, y al fin y al cabo se seguía fabricando.
    Ahora es el paso de la máquina y del ingeniero al financiero, y ahí ya sólo se produce dinero, que al fin y al cabo no es nada. Y yo ya no veo lo bueno de esta evolución
    Dicen en la película que el ingeniero financiero fabrica sueños (como el artista añado yo) ... con la salvedad de que los del financiero son sus sueños y se terminan convirtiendo en la pesadilla de los demás.

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  2. Todo esta escrito y así esta pasando.
    Buena semana, Valme¡¡¡

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